miércoles, 21 de enero de 2009

Leyenda: La Leyenda del Torreón de las Encantadas se sitúa a finales del siglo XIII, sobre el año 1270, cuando los árabes dominaban toda la península Ibérica y, por tanto, también nuestro pueblo.
Abben Xumanda era un poderoso y acaudalado moro instalado en Saviñán, propietario de una gran parte de las tierras del pueblo, entre ellas las que hoy conocemos como Jumanda, que de él tomaron el nombre. Abben Xumanda era viudo y tenía tres bellísimas hijas llamadas Papatona, Mariona, y Josefona de veinte, dieciocho y dieciséis años. Vivían en un palacio en la orilla del río, en el barrio de la Morería, a la entrada del pueblo, hoy conocido como “La Señoría”.Todas las tardes tres apuestos jóvenes cristianos merodeaban por los alrededores del palacio para coquetear con sus hijas. Entre coplas, risas y amoríos se enamoraron profundamente. Mantuvieron su amor en secreto pues sabían que a Abben Xumanda no permitiría el romance de sus hijas con tres cristianos, y menos todavía si eran humildes labriegos. Abben Xumanda pronto se enteró. Pero lo que no podía esperar es que tan apetecibles herederas se vieran a escondidas con tres jóvenes cristianos, que además de no poseían ninguna hacienda trabajan para él.
El padre, dispuesto a cortar de raíz aquellos nada ventajosos amores, decide alejar a sus hijas de Saviñán, utilizando los servicios de su criado Rodrigo. Las envía lejos del pueblo a un torreón de su propiedad situado en un pequeño cerro, entre las tierras de Trasmont y Mingorrea, cerca de El Frasno. Sorprendidos los enamorados por la repentina desaparición de sus amadas, comienzan a buscarlas sin éxito. Así pasa el tiempo, pensando los jóvenes ya que sus tres amadas estarían lejos de allí, en algún lugar de Oriente, junto a sus lejanos familiares. Sin embargo no era así. En el Torreón las jóvenes veían pasar sus días entre cuatro paredes, dedicadas a sus aficiones y recuerdos, y solo por la noche los guardianes les permitían salir a tomar el fresco de los montes en las almenas o ir beber agua fresca al cercano riachuelo.
Un día, un cazador que rastreaba en las cercanías de la torre, oyó una melodiosa voz filtrándose a través de los muros. Se acercó sigilosamente y pensó acertadamente que aquél podría ser el cautiverio de las jóvenes. La noticia se divulgó por el pueblo rápidamente llegando a los oídos de los enamorados. Sin perder tiempo se reúnen con ellas en el Torreón, pese a la oposición en un principio de Rodrigo, el criado de Abben Xumanda, que al ver el gran amor que se profesan no fue capaz de impedir el reencuentro. Abben Xumanda, estuvo engañado durante un tiempo. No conocía que su secreto había sido desvelado. Al final todo se sabe, y se entera de la situación. Ordena sin perdida de tiempo a sus mejores soldados apresar a los jóvenes cristianos, para que fueran traídos a las mazmorras de su señoría. La noche de San Juan llegan los soldados al torreón sorprendiendo a los jóvenes con sus amadas. Desgraciadamente en la persecución resultan muertos. Las tres moricas al enterarse, escapan del lugar horrorizadas desapareciendo entre los montes.
La noticia del trágico desenlace llega a Abben Xumanda, que al ver la llegada de los tres jóvenes cuerpos sin vida y enterarse de que sus hijas habían huido llora amargamente. Se arrepiente de la decisión de oponerse a los amores y encarga a Rodrigo que permanezca siempre vigilante en el torreón por si un día sus hijas regresan.
No sabemos a ciencia cierta si las jóvenes regresaron. Algunas historias sostienen que sí, que a la llamada de Rodrigo volvieron a ocupar las estancias de la atalaya, pues se habían escondido en una gruta que existía en la base del torreón que comunicaba por túneles Saviñán y El Frasno. No abandonarían nunca ya sus muros, viviendo en la única compañía de su fiel servidor y de tres palomas que pidieron les trajese en recuerdo de sus tres amados. Abben Xumanda lloró hasta el fin de sus días la desaparición de las doncellas. Cada año, el día de San Juan, acudía a la torre en recuerdo de sus hijas y sus amados. El apenado padre creía reconocer los espíritus de sus desaparecidas hijas en las tres palomas que revoloteaban por el torreón.
Otras historias nos cuentan que las jóvenes murieron de dolor al conocer el asesinato de sus amantes, y que en verdad hoy el alma de las doncellas, son las tres palomas que pueden ser observadas la noche de San Juan. Desde entonces, el torreón tiene fama de estar encantado y se dice que en el día de San Juan las palomas recobran su primitivo ser. Algún labrador llegó a oír dulces cantos, suspiros, risas y quejas, y aún ver a las tres doncellas bañarse en el riachuelo que corre al pie del torreón, y también coger la malva blanca para que florezca en Navidad.
Si queréis podéis comprobarlo en las noches de San Juan. Y si no vierais a las doncellas, tal vez oigáis el frufrú de sus ricos vestidos, sus quejas y suspiros, o sus risas en el pequeño riachuelo. O tal vez veáis a sus tres espíritus convertidos en palomas revoloteando alrededor del Torreón de las encantadas. Sus muros guardan la esencia de esta romántica y trágica leyenda.
El enigma de las casa encantadas:
El enigma de las casas encantadas sigue siendo un tema estremecedor y en muchas ocasiones inexplicado. En la actualidad siguen siendo numerosos los casos de personas que aseguran haber presenciado apariciones fantasmales, e incluso en algunos casos, cohabitar con esas entidades del más allá...

El pasado mes de diciembre de 1997, llegaba a nuestros oídos el curioso testimonio de Armando, quien narraba un extraño fenómeno que se está produciendo en su casa desde hace algún tiempo.
Armando L., natural de Ferrol, nos decía que sin causa aparente desde el fallecimiento de su cuñado, los electrodomésticos parecían tener vida propia, también los vasos y los platos estallaban solos, y lo más sorprendente, es que la entidad del difunto se le aparecía en ocasiones a su esposa, pudiendo ésta incluso mantener conversaciones con él.
Todo empezó un día en el que Carmen S. se encontraba realizando las compras en un supermercado y cree escuchar una voz familiar que la llamaba por su nombre. La mujer, reconoce la voz al momento. Sorprendida y asustada, no acierta ni a darse la vuelta... era su hermano menor, fallecido dos años atrás de una enfermedad.
La voz continúa hablándole y le previene que no debe realizar el viaje a Cádiz que planea hacer con su marido... luego no oye nada más. Cuando finalmente se gira, no ve a nadie.
Al llegar a casa Carmen comenta lo sucedido a su marido, y extrañados, deciden hacer caso a esa voz o "intuición", anulando por fortuna el viaje que llevaban planeando. Pués curiosamente, al pasar una revisión al automóvil pueden comprobar que los frenos estaban rotos y que un accidente hubiese sido muy probable en esas condiciones...
Todo podría haberse quedado en una mera anécdota si no es por que al mismo tiempo, una serie de extraños fenómenos se empezaban a producir en la casa: los electrodomésticos se encendían y apagaban solos, los vasos y los platos se movían y estallaban, el contestador automático se ponía en marcha, etc.
En dos ocasiones se producía un fenómeno de lo más desconcertante. Al sonar el teléfono y descolgar Carmen, reconoce la misma voz de su hermano al otro lado del hilo diciendo: "Hola hermana, soy yo. ¿Me reconoces?".
Pero sin duda la experiencia más asombrosa y espeluznante ha sido la vez en que asegura que la entidad se le apareció. Una noche estando en la cama, pudo distinguir una luz muy clara y cómo dentro de ésta se iba modelando una silueta. Al querer tocarla nota como si su mano "la traspasase", según sus propias palabras. La figura vuelve a hablarle, previniéndoles de nuevo de otro incidente. Pero esta vez determinan no seguir la advertencia... y desgraciadamente al poco tiempo su marido se ve implicado en un trágico accidente de circulación. ¿Casualidad?
EL AGRESOR INVISIBLE
Aunque en el caso de Armando la "entidad" se mostraba de lo más inofensiva e incluso protectora, no ocurre así en todas las ocasiones.
Alberto C., ex legionario residente en Miño (La Coruña) y su mujer, se han visto obligados a abandonar el piso en dónde residían tras haber sido "víctimas" de una inquietante experiencia poltergeist. Una noche, se despiertan bruscamente oyendo los ladridos asustados y los arañazos de su perro en la puerta intentando entrar en la habitación en la que el matrimonio dormía, tratando de huir de una posible amenaza o de algo que lo estaba aterrorizando. Al mismo tiempo comienzan a escucharse unos potentes ruidos como si alguien golpease vigorosamente las paredes, y al abrir la puerta, Alberto puede contemplar asombrado como varios objetos volaban por los aires estrellándose contra las paredes. Momentos después, el perro también era alzado como si alguien invisible lo sujetase para luego arrojarlo fuertemente contra la puerta de un armario. "Era como si alguien le hubiera propinado una tremenda patada, y el perro salió disparado a gran velocidad...", nos contaba Alberto estremeciéndose sólo con recordarlo.
Como los ruidos, golpes y temblores continuaban produciéndose los días posteriores, el matrimonio, asustado por los extraordinarios incidentes, decidieron abandonar la casa y ponerla a la venta. Desde entonces no han vuelto por allí.
SUGESTIONES DEL MAS ACÁ...
Si bien la mayoría de las investigaciones realizadas sobre las casas encantadas o los asombrosos fenómenos poltergeist no tienen explicación aparente, en algunas ocasiones sí se determina el factor de origen de estos casos . A veces, las personas implicadas en este tipo de fenómenos se dejan sugestionar de los medios de comunicación o simplemente por miedo, y cualquier tipo de coincidencia o fenómeno natural puede inducirlos al engaño y obsesionarlo hasta tal punto que toda coincidencia o evidencia natural es representada de manera obsesiva como una manifestación de lo paranormal.
Este es el caso de Patricia G., una joven coruñesa que sufrió un shock emocional creyendo que su casa estaba endemoniada.
Patricia estaba a punto de mudarse con su hijo y una amiga a una casa de campo en la que había muerto una anciana dos años antes.
Por una trágica casualidad, su amiga sufre un fulminante paro cardíaco la primera noche que pasan allí, y a la mañana siguiente, cual no sería el espanto de la mujer al ver a su amiga muerta.
Recordando que en ese lugar ya había fallecido una mujer anteriormente, comienza a relacionar todos los acontecimientos que estaban pasando en la casa, y el trauma la llevó a abandonar inmediatamente la vivienda y a mudarse a casa de los padres, negándose a pasar una noche más en aquel lugar "embrujado".
Al mudarse, la dueña le había advertido que no aguantarían mucho tiempo en la casa. Mientras que la mujer se habría posiblemente referido al mal estado de la vivienda, Patricia lo interpretó como un augurio de que algo malo iba a pasarles en aquel siniestro lugar en el que ya había fallecido una persona.
Un conocido investigador de lo anómalo, sospechando que el miedo de la mujer se debía a la sugestión inducida por todas esas casualidades, llegó a pasar una noche allí relizando psicofonías y barridos fotográficos sin ningún resultado que confirmase algún tipo de presencia paranormal.
Según sus propias deducciones, " En aquel lugar "embrujado" cualquier sonido, la contracción de las maderas o una corriente de aire podían disparar las imaginaciones menos fecundadas. Incluso aquella noche estando en plena experiencia psicofónica, se fue la luz de repente por un apagón que afectaba al tendido eléctrico de toda la zona. Afortunadamente Patricia no se había quedado en la casa conmigo, sino cualquier incidente similar podría haber desatado una crisis histérica."
A pesar de todo, ante este tipo de fenómenos la duda se sigue planteando. ¿Se trata de un difunto que trata de testimoniar su presencia?, ¿Son acciones psíquicas relizadas por personas involuntariamente? Hoy por hoy, son tantos los testimonios y las manifestaciones misteriosas en lugares determinados, que por muy extraños que puedan parecer los hechos, la fenomenología que compone el mundo de las casas encantadas es, en todo caso, real. Y sinó, pregunten a las personas que las ocupan...